Pasada la euforia del Oscar y de la Iñarritumanía, los desplantes de Donald Trump y perdonada la broma de Sean Penn, vale la pena reflexionar sobre la película Birdman. ¿Por qué verla? ¿Por orgullo nacionalista? Tal vez pero más allá de haber sido dirigida por un mexicano, considero que la película no solamente tiene un gran argumento, también grandes actores y escenas inesperadas que rayan en el mundo de la ficción surreal.
Evitando un spoiler, no contaré la trama ni el final de la película. En cambio quisiera mencionar las razones por las cuales debe verse Birdman:
1) Retrata lo peor y lo mejor de Hollywood. Cualquiera con aspiraciones artísticas debe saber que no todo lo que brilla es oro. La película enfatiza la relación éxito-decadencia de cualquier actor/actriz. Cuando llegan las frustraciones y el talento parece no ser suficiente, “the show must go on” pero con un altísimo precio. A veces incluso la dignidad se ve en juego cuando se trata de retomar la fama.
2) El reparto es excepcional: Emma Stone (guapísima y profunda), Naomi Watts (con una de las mejores actuaciones de su carrera), Edward Norton (que en cada cinta parece renacer en su personaje) y Michael Keaton (quien transita, con muchísima madurez, del cine comercial más taquillero al cine de culto más intenso).
3) La fotografía, aunque no era necesario, es de excelente calidad. Lubezki vuelve a lograrlo: una historia sencilla, con pocos escenarios y sin necesidad de grandes efectos, se vuelve una obra de arte bajo la lente del fotógrafo mexicano. El juego de luces y la humildad de los espacios, hacen de Birdman un deleite visual.
4) Diálogos/monólogos inteligentes. No todo el cine americano es una historia lineal con final predecible; también hay películas hechas para gente que piensa y Birdman es un ejemplo fidedigno. Los monólogos de Keaton serán un referente para futuras generaciones y un must para cualquier actor con carrera en crisis.
5) Cherry on top: González Iñárritu. El director mexicano sorprende al retomar un argumento sólido, y lo hace con un toque magistral. Hay saltos dentro de la película que impactan, por ejemplo escenas de acción intensa en medio de la quietud y después de humor ácido y hasta humillante. Es una película dirigida por una mente absolutamente artística.
Por: Fernando Irineo.